jueves, 16 de agosto de 2012

Dia 17 | 30/07/2012 | Bukhara - Samarkanda (Uzbekistán)

Distancia recorrida en la etapa: 304 km
Distancia acumulada:  10.526 km
Velocidad media:  62 km/h
Consumo medio:   8,0 L / 100 km
Países atravesados: Uzbekistán

Amancecemos en la ciudad antigua de Bukhara, históricamente es una de las principales ciudades del imperio persa, que más adelante fue incorporada a la Unión Soviética. Nos lanzamos a conocerla y nos sorprende encontrarnos una ciudad con un encanto especial, muy cuidada y que parece sacada de los cuentos de Aladino: bazares, talleres de artesanía, puestos de alfombras (probablemente voladoras)... Dedicamos toda la mañana a recorrer sus callejuelas, y sin darnos cuenta nos da el medio día: eso significa que toca continuar la marcha, así que nos despedimos de Bukhara encantados de haberla conocido aunque también con ganas de habernos quedado algo más de tiempo para disfrutarla con más calma.



Nuestro siguiente destino es nada mas y nada menos que Samarkanda. Tras recorrer los 160 km que separan una ciudad de la otra a traves de una carretera mas que decente, llegamos a la ciudad y comenzamos la visita por el plato fuerte: la Plaza del Registan. Honestamente no tenemos mucha idea de que tenemos delante de los ojos, asi que decidimos tirar la casa por la ventana y contratar los servicios de una guia local que habla un ingles bastante aceptable. Durante las tres horas que dura la visita, nos ofrece una explicacion bastante detallada de lo que tenemos delante: basicamente la Plaza fue uno de los puntos clave de la Ruta de la Seda, los edificios que hay a los lados son Universidades y el del centro inicialmente era un lugar de descanso para los comerciantes y nobles, pero tras ser derrumbado se sustituyo por una mezquita. Si quereis saber mas ya sabeis lo que toca: os sacais un billete de avion u os comprais un Panda y en un par de semanas estais ahi.

Tras visitar la Plaza nos acercamos paseando a otra gran mezquita. Como nos quieren cobrar precio de turista en la entrada y sentimos que ya hemos soltado suficientes sums, decidimos verla solo por fuera. Durante el paseo de vuelta nos encontramos con el equipo Ambulanbator que tambien acaba de llegar a Samarkanda: un par de simpaticas amigas de Madrid que estan haciendo el Mongol Rally en ambulancia. Tras el pertinente cambio de impresiones nos despedimos hasta pronto y nos lanzamos a la busqueda de un lugar donde quedarnos a pasar la noche.




No muy lejos de alli encontramos un hotel que parece sacado de una pelicula de terror de militares sovieticos zombies, y alli que nos quedamos (pese a todos sus inconvenientes por lo visto es el unico de Samarkanda con piscina y no hemos podido resistirnos). Tras un placentero rato de piscineo y una ronda de cervezas y vodka en el bar del hotel cogemos un taxi para ir a cenar a un sitio que nos han recomendado. 


Para empezar bien la noche resulta que el taxista es militar y pertenece a las fuerzas especiales de Uzbekistan (nos cuenta que como esta de vacaciones conduce el taxi de su hermano). El tipo es simpatico y somos conscientes de que nos podria matar de cinco formas diferentes antes de caer al suelo, asi que desinteresadamente decidimos dejarle algo de propina. Llegamos al Restaurante Samarkanda y lo cierto es que el lugar es de lo mas peculiar: una mezcla de restaurante de alto standing, salon de banquete de bodas ruso y discoteca uzbeka. Tras devorar la comida (que por cierto no esta nada mal) y entretenernos viendo bailar a la gente nos vamos de vuelta a descansar a nuestro tetrico hotel.

viernes, 3 de agosto de 2012

Día 16 | 29/07/2012 | Nukus - Bukhara (Uzbekistán)

Distancia recorrida en la etapa: 558 km
Distancia acumulada:  10.222 km
Velocidad media:  59 km/h
Consumo medio:   8,7 L / 100 km
Países atravesados: Uzbekistán


La jornada de hoy consiste en cruzar Uzbekistán de Oeste a Este a través de una carretera que, por lo poco que hemos leído, no se encuentra en muy buenas condiciones. De los cerca de 500 km de etapa, cualquier adjetivo se queda corto para describir un infame tramo de 200 km sin asfaltar y repleto de inmensos baches y agujeros que nos ha llevado cerca de 5 horas superar (de momento está sin duda en el top 3 de peores carreteras por las que hemos pasado). 



El resto de la etapa transcurre más tranquila, a través de un camino algo más decente, en el que además nos hemos encontrado con un equipo alemán del Mongol Rally (por lo visto la mayoría de equipos ha evitado visitar el Mar de Aral para no tener que cruzar Uzbekistán por éste camino...)




Llegamos a Bukhara pasadas las 22h, y tras dar un par de vueltas con el coche en busca de la ciudad antigua paramos a preguntar en un puesto de fruta. Tenemos la suerte de ir a preguntar a unos tipos encantadores, que en cuanto se percatan de que somos extranjeros nos guían en coche hasta un hotel bonito, barato y bien situado (la amabilidad de los uzbekos no deja de dejarnos asombrados!). Tras concedernos una buena cena y darnos un paseo nocturno muy agradable (la ciudad vieja es una auténtica maravilla, mañana os enseñaremos algunas fotos), nos dirigimos de vuelta al hotel y se cruza en nuestro camino una docena de Toyota Land Cruiser y Ford Explorer pertenecientes a una expedición que se hace llamar Trans Asia 3. Sean quienes sean nos parecen una panda de aficionados.


Día 15 | 28/07/2012 | Nukus - Moynaq - Nukus (Uzbekistán)


Distancia recorrida en la etapa: 558 km
Distancia acumulada:  9.664 km
Velocidad media:  65 km/h
Consumo medio:   8,0 L / 100 km
Países atravesados: Uzbekistán


Hoy toca día de playa! Vamos a desviarnos 300 km hacia el noroeste (en dirección opuesta a ruta) para visitar Moynaq, un popular pueblo pesquero en la costa del Mar de Aral. Nos ponemos en marcha y recorremos los primeros 100 km por un camino sin salida. Tras preguntar a unos autóctonos nos redirigen en la dirección correcta, lo que supone regresar a Nukus y volver a emprender la marcha con un parcial de 200 km recorridos en balde. El camino hasta Moynaq (el correcto) transcurre primero a través de una autovía en construcción (tramos de tierra, cambios de dirección, y demás inconvenientes a los que ya estamos más que acostumbrados), para luego dar paso a un camino rural repleto de baches y agujeros que superamos sin problema. Tras encontrarnos con una pareja de suizos que lleva 13 meses recorriendo Asia en furgoneta (con el correspondiente cambio de impresiones y foto de rigor incluida), entramos en Moynaq.



Puede que se nos haya pasado comentar un pequeño detalle acerca de Moynaq y el Mar de Aral… Moynaq solía ser un popular pueblo pesquero en la costa del Mar de Aral. Existen varias versiones acerca de la causa, pero la realidad es que el Mar de Aral a día de hoy prácticamente ha desaparecido (para llegar al agua desde lo que  hace 40 años era la orilla del Mar es necesario recorrer 200 km). El resultado del desastre: un ecosistema desaparecido, una industria pesquera arruinada y un paisaje fantasmal para el recuerdo. Nos costará mucho olvidar las imágenes de lo que solía ser la barandilla que daba al mar, y de los barcos varados y oxidados:


Pero aún falta la mejor parte del día: “¿bajamos a ver los barcos con el coche o qué?” “Faltaría más, que para algo vamos en un 4x4!” Evidentemente, en el preciso momento en el que nuestro flamante 4x4 planta las cuatro ruedas en la arena (lo que hace años era el fondo marino) nos quedamos atrapados. Las siguientes tres horas transcurren a base de paladas para sacar ingentes cantidades de arena, de meter ramas y piedras debajo de las ruedas para que traccionen, de empujones y de olor a embrague quemado. Tras un rato observando nuestros esfuerzos, un grupo de amables uzbekos a los que estamos inmensamente agradecidos se ofrecen a ayudarnos, y finalmente entre todos logramos sacar el coche de la trampa en la que confiadamente nos habíamos metido. Lamentablemente no disponemos de documentos gráficos del momento aunque sabemos que os encantaría verlos, pero en ese momento (agotados y de grasa y arena hasta las cejas) no estábamos para fotos.

Como se nos ha hecho tarde ponemos rumbo de vuelta a Nukus. Llegamos ya entrada la noche así que como estamos agotados y deseando agarrar la cama, decidimos repetir en el hotel de la noche anterior. “Las habitaciones de siempre Rahid!”.

(El resto de fotos, en nuestra página de Facebook)

Día 14 | 27/07/2012 | Desierto de Karakum (Turkmenistán) - Nukus (Uzbekistán)


Distancia recorrida en la etapa: 353 km
Distancia acumulada:  9.106 km
Velocidad media:  51 km/h
Consumo medio:   7,1 L / 100 km
Países atravesados: Turkmenistán y Uzbekistán


Tras el fracaso de ayer, amanecemos en el desierto de Karakum sin mucho ánimo. Según nos estamos desincrustando la última piedra de los riñones vemos como una moto nos vigila desde el horizonte. Hace unas señas y otra moto conducida por un encapuchado aparece detrás de él. Se dirigen hacia nosotros y la palabra CACA se queda corta para describir lo que sentimos. Cuando llegan se quedan callados, mirando curiosos el coche y a nosotros, y en una demostración de locuacidad lo único que se nos ocurre decir es SPANIA! (palabra mágica que nos ha servido para pasar por los peajes iraníes by the face) y decir hola con la mano. Como todavía no nos han convertido en desayuno de dromedario les explicamos nuestro viaje con gestos y les damos un par de pitis, a lo que responden con una sonrisa sin dientes que nos parece la más bonita en mucho tiempo. Y al final super colegas y hasta fotos y todo:


Recorremos los 300 kms que nos quedan de desierto a través de una carretera infernal en la que la mejor opción es circular en paralelo a ella y llegamos a la frontera de Uzbekistán.Y tras atravesar con el coche una multitud que se arremolinaba ante la primera verja, las 2 fases de rigor de diferentes de controles, registros y esperas: en la parte turkmena de la frontera nos convertimos en el divertimento de los guardias fronterizos, uno de ellos incluso nos firma en el coche. En la parte uzbeka un guardia nos aporta una información muy útil: por 500$ nos podemos llevar 5 mujeres a España. 


Frontera superada, y como vamos bien de tiempo nos desviamos a un poblado para comprar algo de comida. Tenemos el honor de que nos reciba el loco del pueblo y cometemos el error de decirle de dónde somos, ya que partir de ese momento se convierte en nuestro pregonero oficial, anunciando nuestra presencia a voz en grito detrás de nosotros. La gente se muestra curiosa pero muy tímida y una extraña sensación de habernos transformado en estrellas del rock nos invade. Es el primer sitio en el que de verdad tenemos la impresión de que hace mucho tiempo que no ven un extranjero.


Continuamos nuestro viaje hasta Nukus, primera ciudad importante de Uzbekistán, muy gris y en la que no hay absolutamente nada. Tras una hora buscando un hotel se cruza en nuestro camino un autóctono, profesor de historia, que habla inglés. En 2 minutos le tenemos subido en el coche dirigiéndonos hacia el mejor hotel de la ciudad (tiene hasta wifi!) y tras rechazar todas nuestras ofertas de llevarle a donde necesitara o invitarle a cenar, se aleja andando los 5 kms que le separan de donde le hemos recogido (eso sí, con una camiseta de España de regalo). “Muslim character”, se justifica. Realmente increíble la gente que nos estamos encontrando.

Día 13 | 26/07/2012 | Bojnourd (Irán) - Desierto de Karakum (Turkmenistán)

Distancia recorrida en la etapa: 624 km
Distancia acumulada:  8.753 km
Velocidad media:  57 km/h
Consumo medio:   7,6 L / 100 km
Países atravesados: Irán y Turkmenistán


Estamos a punto de abandonar un país que en el que hemos encontrado lo opuesto a lo que esperábamos: un clima templado, cierto desarrollo económico, hospitalidad incondicional hacia los extranjeros... Es posible que el contraste con la imagen que teníamos preconcebida haya engrandecido las sensaciones positivas que nos llevamos de Irán. Y es cierto que sólo hemos conocido una parte muy pequeña y en unas circunstancias poco habituales. Pero según nos acercamos a la frontera con Turkmenistán intuimos que pocas escalas de nuestra ruta aun por llegar van a hacer que nos sintamos como en casa de una forma tan especial como aquí.



Pero el camino sigue y para ponerlo interesante un grupo de militares interrumpe nuestra morriña dándonos el alto. Es la primera señal de que nos acercamos a la frontera. Ascendemos por una escarpada cordillera de piedra roja y en lo mas alto de uno de los picos aparece el complejo en el que disfrutaremos de 4 horas apasionantes de burocracia, explicaciones y esperas de las cuales casi 2 las pasamos achicharrándonos al sol en tierra de nadie, mientras los militares del lado turkmeno comprueban nuestras cartas de invitación. Pero por fin, tras pagar una propina de 60$ que generosamente se autoconcede una mujer policía probablemente llamada José Luis, iniciamos el descenso hacia la capital de Turkmenistán: Ashgabat



En medio del desierto se levanta una ciudad impoluta, moderna, de altos edificios de mármol blanco coronados de oro (todos exactamente iguales), fuentes, esculturas imponentes y jardines cuidados al milímetro. El asombro se transforma en inquietud cuando un policía nos para, nos borra las fotos de la ciudad y nos dice que ns demos la vuelta (¿?)



Y tan súbitamente como empezó dejamos atrás Ashgabat y nos adentramos dirección norte en el desierto de Karakum: 800 km de autentico desierto de dunas y camellos, seco e interminable. Buscamos la Puerta del Infierno, un inmenso cráter de gas natural al que a los soviéticos les dio por prender fuego hace 30 años y desde entonces no ha dejado de arder, dando lugar a una formación geológica espectacular y única en el mundo. La única referencia que tenemos para encontrarlo es "girar a la derecha 5 km antes de cruzar las vías del tren". Pues el caso es que encontramos las dichosas vías del tren, pero por mas que buscamos, desandamos y rehicimos el camino el desvío seguía sin aparecer.



Ya de noche conseguimos incluso que un camionero dejara su botella de vodka y a sus colegas junto a una fogata y cogiera su camión para guiarnos. Su intención fue muy loable (la cual recompensamos con un paquete de Marlboro "amerikanski" que agradeció entusiasmado) pero dónde nos dejó fue en unos inmensos agujeros que tenían poco que ver con la puerta al Infierno que buscábamos.


Lo que vimos
Lo que no vimos
Así que agotados, polvorientos y habiendo hecho todo lo posible por llegar, decidimos rendirnos y plantar las tiendas allí mismo con el sabor agridulce de la derrota no merecida.