viernes, 3 de agosto de 2012

Día 15 | 28/07/2012 | Nukus - Moynaq - Nukus (Uzbekistán)


Distancia recorrida en la etapa: 558 km
Distancia acumulada:  9.664 km
Velocidad media:  65 km/h
Consumo medio:   8,0 L / 100 km
Países atravesados: Uzbekistán


Hoy toca día de playa! Vamos a desviarnos 300 km hacia el noroeste (en dirección opuesta a ruta) para visitar Moynaq, un popular pueblo pesquero en la costa del Mar de Aral. Nos ponemos en marcha y recorremos los primeros 100 km por un camino sin salida. Tras preguntar a unos autóctonos nos redirigen en la dirección correcta, lo que supone regresar a Nukus y volver a emprender la marcha con un parcial de 200 km recorridos en balde. El camino hasta Moynaq (el correcto) transcurre primero a través de una autovía en construcción (tramos de tierra, cambios de dirección, y demás inconvenientes a los que ya estamos más que acostumbrados), para luego dar paso a un camino rural repleto de baches y agujeros que superamos sin problema. Tras encontrarnos con una pareja de suizos que lleva 13 meses recorriendo Asia en furgoneta (con el correspondiente cambio de impresiones y foto de rigor incluida), entramos en Moynaq.



Puede que se nos haya pasado comentar un pequeño detalle acerca de Moynaq y el Mar de Aral… Moynaq solía ser un popular pueblo pesquero en la costa del Mar de Aral. Existen varias versiones acerca de la causa, pero la realidad es que el Mar de Aral a día de hoy prácticamente ha desaparecido (para llegar al agua desde lo que  hace 40 años era la orilla del Mar es necesario recorrer 200 km). El resultado del desastre: un ecosistema desaparecido, una industria pesquera arruinada y un paisaje fantasmal para el recuerdo. Nos costará mucho olvidar las imágenes de lo que solía ser la barandilla que daba al mar, y de los barcos varados y oxidados:


Pero aún falta la mejor parte del día: “¿bajamos a ver los barcos con el coche o qué?” “Faltaría más, que para algo vamos en un 4x4!” Evidentemente, en el preciso momento en el que nuestro flamante 4x4 planta las cuatro ruedas en la arena (lo que hace años era el fondo marino) nos quedamos atrapados. Las siguientes tres horas transcurren a base de paladas para sacar ingentes cantidades de arena, de meter ramas y piedras debajo de las ruedas para que traccionen, de empujones y de olor a embrague quemado. Tras un rato observando nuestros esfuerzos, un grupo de amables uzbekos a los que estamos inmensamente agradecidos se ofrecen a ayudarnos, y finalmente entre todos logramos sacar el coche de la trampa en la que confiadamente nos habíamos metido. Lamentablemente no disponemos de documentos gráficos del momento aunque sabemos que os encantaría verlos, pero en ese momento (agotados y de grasa y arena hasta las cejas) no estábamos para fotos.

Como se nos ha hecho tarde ponemos rumbo de vuelta a Nukus. Llegamos ya entrada la noche así que como estamos agotados y deseando agarrar la cama, decidimos repetir en el hotel de la noche anterior. “Las habitaciones de siempre Rahid!”.

(El resto de fotos, en nuestra página de Facebook)

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