Distancia recorrida en la etapa: 613 km
Distancia acumulada: 6.650 km
Velocidad media: 68 km/h
Consumo medio: 7,2 L / 100 km
Países atravesados: Turquía, Irán
Nos acercamos a la frontera de Irán. Unos 5 kms antes una fila interminable de camiones espera su turno para cruzarla. Pedimos la vez y esperamos educada e inocentemente detrás del último. Poco después un coche con matrícula turca se para detrás de nosotros, ve el panorama y se mete por el carril contrario de la autopista para ahorrarse la cola. Y como allí donde fueres haz lo que vieres, le seguimos.
Llegamos a una primera barrera y un tipo en vaqueros y camiseta se identifica como policía turco, nos pide los papeles y nos encasqueta en el coche a un coleguita para que nos ayude con los trámites a cambio de un tip de 20$ (en casos anteriores se han llegado a pagar hasta 300$ así que los soltamos encantados sin ni siquiera regatear). 500 metros más adelante un segundo control de papeles y una verja vigilada por un militar iraní. Nuestros 20$ consiguen que nos cuelen los primeros, pero el militar al otro lado de la verja decide hacernos esperar para que se sepa quién es el que manda. Por fin nos abre y nos despedimos del coleguita turco. La primera mitad de la frontera está superada pero todavía nos queda el lado iraní.
El mismo militar que nos abrió la verja nos pide los pasaportes, nos señala con gestos que aparquemos el coche 100 metros más adelante y que nos reencontremos con él en la oficina de control. Al bajar del coche otro “ayudador” nos ofrece sus servicios (esta vez por sólo 10$) y sorprendentemente todo sale a pedir de boca. Nos devuelven los papeles sellados, nos dicen que los presentemos en el control de policía 2 kms más adelante y sólo 1 hora después de llegar a la frontera estamos oficialmente en Irán.
Conseguimos deshacernos de un grupete que quería vendernos seguros, divisas y visas innecesarias y nos sumamos al tráfico iraní. El tema coche aquí es otro rollo. Las rayas en la carretera y los semáforos sólo son una recomendación y la única regla de tráfico que parece estar vigente es que quien llega antes gana. Pero cuando cambias el chip y te pones en modo Mario Kart le acabas cogiendo el gustillo.
Llegamos a Tabriz, ciudad importante en medio de la nada. Mientras Quique se acerca a un higiénico puesto de fruta para rematar su desaguisado estomacal provocado por el quebab de anoche, Martín vigila el coche y Rafa trata de preguntar por un sitio en el que dormir. Ante el desparpajo que debíamos demostrar, un iraní muy educado se nos acerca y nos ofrece ayuda. Es médico y habla un nivel muy decente de inglés. Nos propone un hotel que ronda los 1.500.000 riales la noche (un flipe lo de los billetes aquí). Equivalen a 100€ por los 3, pero como nos sentimos un poco ratas nos dice que le sigamos a un hotel perfecto para nosotros. Salvo por la moqueta, los colchones que desprendían un olor curioso (como decirlo… como a PIS) y unas extrañas picaduras con las que se despertó Martín, finalmente el hotelito cumplió su función.
(El resto de fotos, en nuestra página de Facebook)
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Venga…mañana definitivamente me vacuno. LOL
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